domingo, 25 de septiembre de 2011

El volver de los sentimientos

Como un piano sonando, mientras las teclas y los dedos del pianista fluyen sin parar. Armonia en su totalidad.
Sonrisas que surjen y no se pueden esconder. Notar que se te encoja el estómago por saber que le vas a ver. No poder parar de pensar y repasar cada momento vivido con esa persona. Querer estar a cada momento, a cada instante junto a él. Escuchar las melodías con las que te sientes identificada y que te encante pensar en que esa persona tan increíble de la que se habla en la canción para ti, está contigo. Le tienes y a tu lado, junto a ti y sabes que no se va a ir. Todo son esperanzas, momentos preciosos, cosas bonitas y ñoñas. Atardeceres de cuento. Sueños fantásticos de abrazos interminables. Besos que te funden con los labios que están rozándose junto a los tuyos. Dejar a tu corazón sentir lo que ya fue.
Pero los cuentos de hadas se suelen acabar, y siempre hay alguien que sale perdiendo. Y, ¿como hacerte entender que tengo miedo?. No de ti, por supuesto, ni de tus intenciones. Si no de sentir, de volver a dejar tu corazón a su libre albedrío. Sé que esta vez, a la que le toca sufrir es a mi. Y no quiero, no quiero sentir ese dolor de nuevo. Esas ganas de morirse y querer dejarlo todo, hundirse bajo tierra y no querer salir de ahí. Arrancarse el corazón para dejar de sentir. Has de comprender que el ser humano actúa según sus vivencias pasadas, según si fueron mal o bien. Y en este caso, una vez conociendo ya tanto lo bueno como lo malo de lo que es sentir algo tan grande, opto por no dejarme llevar, por ir mas lento, con pies de plomo. Pensar con la cabeza e ignorar al corazón. Pero todo esto no significa, que no siento nada, pues por eso mismo tengo mas miedo, por que haberte dado la llave tan rápido de lo que quise que permaneciera bajo candado, haberte dado lo que late en mi en tan poco tiempo, con sus cicatrices, por favor comprende que sienta lo que sienta, me estaré engañando hasta que confíe y sepa, que no me volverán ha hacer daño.
Pero aún así, confía que de tu lado no me iré, que esta semilla de la que quiero creer que es pequeña, va a seguir creciendo, y aún cuando sea un precioso árbol, crecerá y crecerá mas, hasta que tu lo talles para no seguir más.
Te quiero, y perdóname por querer ignorar, aunque no del todo, lo que pasa en mi interior. Pero si me quieres, será el reto que pasaremos entre los dos.